Ballet, pan, jazz y esperanza

La Dra. María Castro Henriques sabía, desde pequeña, que iba a ser bailarina. Pero la vocación por la medicina se cruzó en su vida. Hoy en día María es una joven y brillante oncóloga, y una apasionada del ballet clásico. Vocación y pasión se complementan y le enseñan a mejorar en cada disciplina. Pero, sobre todo, ambas le dan una visión muy particular de la vida.

El Dr. Martín Lázaro aprendió de su padre que la medicina podía encontrar soluciones a problemas que parecían no tenerlas. Quizá por eso, desde que tiene memoria, se ha visto atraído a ser médico. Mucho más tarde llegó el descubrimiento de toda la delicadeza y la paciencia que se esconden tras una hornada de pan. La misma delicadeza y paciencia con la que Martín afronta cada consulta con sus pacientes.

El Dr. Albert Abad suele bromear con ser “un músico aficionado a la oncología”. Lo cierto es que la oncología ha sido su vida durante décadas, pero en ellas su amor por el jazz no ha dejado de crecer. El trabajo en equipo, la precisión, la armonía, el esfuerzo constante por mejorar, tan presentes en ambas disciplinas, no dejan de ser el reflejo de su sentido último, y que Albert conoce tan bien: la pasión por la vida.